Escucho tu voz y una corriente eléctrica recorre mi cuerpo.
Entro en un estado de frenesí total, tiemblo unos segundos y recobro la compostura.
Mi voz se torna entrecortada por los nervios y la ansiedad que provoca tu falsa presencia.
Una lágrima de emoción acompaña mi sonrisa, el lamento me llena por tu ausencia y la tristeza que me rebalsa por lo no compartido.
Me encuentro sentado frente a la ventana observando el gris de la ciudad, mirando el camino que hace pocos días recorría junto a vos, aunque tenerte lejos es menos desesperante y aun menos frustrante.
La ciudad te extraña, donde dejaste algo de amargura y algo abierto que no sé si cerrará.
La tristeza de lo no compartido.
Algunos sentimientos son únicos.
3 comentarios:
Hola, bonito post, pues si que te engancha.
saludos.
muy bueno aguu... gusto gusto..
Me gusta lo que has escrito.
Publicar un comentario