Sólo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es preciso haber querido morir, amigo mío, para saber cuan buena y hermosa es la vida. Vivid, pues, y sed dichosos, hijos queridos de mi corazón, y no olvidéis nunca que hasta el día en que Dios se digne descifrar el porvenir al hombre, toda la sabiduría humana estará resumida en dos palabras: ¡Confiar y esperar! "
jueves, 11 de marzo de 2010
El vino
Pensando en vos tomo mi copa y la miro buscando respuestas.
¿Las conseguiré? No lo sé.
¿Qué será de vos?
¿Qué será de mí?
Este amor ficticio e imaginario me persigue.
¿Qué será de nosotros? No lo sé.
¿Es amor real?
¿Qué es el amor real?
Mi copa muda y carente de vida,
no me da las respuestas.
La tomo entre mis dedos,
el vino baila en su interior, y bebo.
El vino no tiene las respuestas.
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